Tu trabajo NO es importante

Piensa en esto… Cada día entras a la oficina y lo único que sabes es que tienes que hacer lo que te dicen. No sabes para qué sirve, no sabes si lo que haces ayuda a alguien… solo presionas teclas en una pantalla y alguien te dice que eso es importante. Y como no puedes recordar nada más, tienes que creerlo. Pero… ¿qué pasaría si no lo fuera? ¿Qué pasaría si todo esto no tuviera sentido en absoluto?

La respuesta es sencilla y aterradora: el trabajo se ha convertido en un fin en sí mismo, no en un medio para algo útil. Y peor aún, este modelo ha conseguido que, incluso si el trabajo es absurdo, la gente se sienta culpable por no trabajar. ¿Por qué? Porque nos vendieron la mentira de que el empleo es lo que nos da dignidad.

Pero dime, ¿qué dignidad puede haber en un sistema donde miles de personas dedican su vida a mover datos de un lado a otro, aprobar informes que nadie leerá, redactar correos cuya única función es generar más correos? La mitad del trabajo en este mundo es un ritual sin propósito. Como rezar a un dios muerto, pero con hojas de cálculo.

Nos dicen que sin empleo, nos quedaríamos sin propósito. Pero yo pregunto: ¿qué propósito tiene trabajar toda la vida para hacer más ricos a los que ya lo son?

Dicen que tú elegiste esto. Que firmaste un contrato. Que aceptaste las condiciones. Pero ¿cómo puedes elegir realmente si desde niño te enseñaron que sin trabajo no eres nadie, que el ocio es pecado, que tu valor como ser humano se mide en productividad? ¿Cómo puedes elegir si nunca te dicen la verdad?

La verdad es esta: el sistema necesita que creas que sin él no puedes sobrevivir. Necesita que pienses que sin un empleo, sin tu horario, sin tu jefe, estarías perdido. Que necesitas permiso para existir.

Pero ¿y si no lo necesitas? ¿Y si toda esta gigantesca maquinaria burocrática no es más que una forma de mantenernos ocupados, agotados, sin tiempo para cuestionarnos si otra vida es posible?

Si supieras que puedes vivir sin ser esclavo del trabajo, ¿seguirías yendo a esa oficina mañana?

Escúchame. Te han hecho creer que el trabajo es tu vida… pero no es vida. Es una celda sin paredes, un espejismo en el que caminas en círculos sin darte cuenta. Y lo peor es que nadie te obligó a entrar. Te convencieron de que tú lo elegiste. Pero dime… ¿se puede elegir algo cuando nunca te dicen la verdad?

Por Monico Malatesta

Rebelde y valiente, Malatesta siempre ha luchado por sus derechos y se ha opuesto a cualquier forma de poder. De pluma afilada, tiene una gran habilidad para analizar los acontecimientos y para pelar plátanos.

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