Que me quede como estoy

El discurso de conformismo en el ámbito laboral ha sido una narrativa que, desafortunadamente, se ha normalizado en los últimos años. Esta actitud es más común en la población que se reconoce como al margen de cualquier división social significativa, los que se consideran “clase media” y no quieren dejar de serlo. Que nadie les quite las migajas, que se queden como están, en paz social.

La idea de que no se puede pedir más retribución en el trabajo porque hay gente peor es una excusa que ha sido utilizada siempre para justificar la desigualdad salarial y la falta de oportunidades… pero que esa idea la compren alguno trabajadores es, al menos, sorprendente. ¿De verdad hay que explicar que cada empresa es diferente y que lo que hay que estudiar son los resultados financieros de la empresa que vende lo que la persona produce?

Eso sí, al exigir una compensación justa, los trabajadores no sólo mejoran su propia situación, sino que también establecen un estándar más alto para los demás. Al exigir salarios justos, los trabajadores están trabajando para mejorar las condiciones laborales y establecer un precedente para que otros trabajadores sigan su ejemplo. Esto puede conducir a un mercado laboral más justo y equitativo para todos.

Por otro lado, argumentar que no se puede pedir más retribución porque las cosas pueden empeorar en el futuro es un pensamiento carente de lógica. Mañana ya estudiaremos la nueva situación, hoy repartamos los beneficios de manera equitativa.

Si los trabajadores no exigen una compensación justa, las empresas siempre buscarán minimizar los costos laborales, lo que a menudo significa salarios más bajos. Al negarse a exigir una compensación justa, los trabajadores solo refuerzan esta práctica y se aseguran de que su situación nunca mejore.

Y mucho ojo, porque acuciados por una nueva crisis, uno de los resultados de esta actitud es evidente: lo que antes eran derechos irrenunciables se convierten poco a poco en privilegios.

Por Monico Malatesta

Rebelde y valiente, Malatesta siempre ha luchado por sus derechos y se ha opuesto a cualquier forma de poder. De pluma afilada, tiene una gran habilidad para analizar los acontecimientos y para pelar plátanos.

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